La Primera República Española
Durante la vigencia de la primera República que comienza en Febrero de 1873 para fenecer en Enero de 1874, o sea, a los once meses de vigencia, con sus cuatro presidentes, nada ocurre en Arahal que ofrezca un marcado matiz digno de estudiarse.
La labor republicana en aquel Municipio, regido por Francisco Montero, fue tan efímera y pueril, que se redujo localmente desde luego a velar por el régimen más que por los intereses de la Villa. Endiosados los administradores de la cosa pública con el triunfo de sus ideales, toda su actividad la rinden al servicio de ellos.
Iniciaron, ciertamente, algunas obras públicas, como el adoquinado de la calle Felipe Ramírez,, pero, aparte de esto, los demás acuerdos adoptados por aquel municipio no dejan de ser en su mayoría harto pintorescos. Uno de ellos consistía en adquirir armamento belga para armar a los voluntarios de la República. Otro, solicitaba del Gobierno de la Nación se les entregara la Iglesia de la Vera-Cruz para transformarla en Cuartel para tales voluntarios. Asimismo se interesó porque los poderes públicos rebajasen las tarifas del precio del tabaco.
Estas y otras de igual tenor eran las preocupaciones de aquellos paladines de la primera República Española en cuanto a Arahal se refiere. Repuesto en el trono Don Alfonso XII, aparecen las inevitables represalias tan comunes en la Historia de todos los países cuando se trata de afianzar un Régimen nuevo y que Maquiavelo, su Príncipe, aconseja poner en práctica. Como consecuencia de dichas represalias fueron deportados a las Islas Marianas muchos republicanos. De Arahal exiliaron a varios, de entre los cuales se recuerda a Don Jerónimo del Corral, agrimensor local, más tarde amnistiado.
A través de la prensa de la época conocemos datos de la historia de Arahal durante el Sexenio Revolucionario, el período de 6 años que transcurre entre la revolución de 1868 y el final de la Primera República en 1874. Habían pasado sólo doce años de los sucesos de Arahal de 1857. España vivía una grave crisis económica desde 1866, financiera, agraria e industrial, a la que se sumaba el deterioro del sistema político monárquico. En esta situación estalló la revolución de 1868, La Gloriosa, que obligó a la reina Isabel II a exiliarse en Francia.
El espíritu revolucionario que la había derrocado tenía que encontrar una forma de gobierno. En 1869 era promulgada por las cortes una constitución de corte liberal. Arahal, durante estos seis años (1868–1874) en los que se intenta crear en España un sistema de gobierno revolucionario, se verá inmersa en la alteración política, como muchas poblaciones españolas.
D. Emilio Castelar, uno de los presidentes de la Primera República escribía en una carta a El Imparcial sobre “la república tradicional en España”, a lo que contestaba el periódico: “¡Las tradiciones republicanas de España! ¿Dónde se hallan? ¿En Cataluña en 1848? ¿En Loja y El Arahal en 1857? ¿En Málaga, Jerez y Cádiz en 1869? ¿En Barcelona, en Montilla, en Alcoy, en Alicante, en Sevilla y en Cartagena en 1873?…”
Durante todo el Sexenio Revolucionario fueron abundantes las citas del Arahal del 57 en el Congreso y la prensa nacional, generalmente como modelo a evitar.