Ermita de San Antonio
Al Este del Conjunto Histórico de Arahal, entre la encrucijada de las veredas de Carmona y Osuna, se ubica estratégicamente en una de las ‘puertas’ tradicionales de la población, la ermita de San Antonio de Padua, humilde construcción decimonónica. Es el único ejemplo que resta en Arahal de estas construcciones semirrurales que sacralizaban los entornos de las poblaciones andaluzas, los llamados ‘ruedos’. En ella se hayan los orígenes de la antigua corporación radicada, cuyos orígenes se remontan al año 1635.
Se desconoce que pudo ocurrir con la primitiva ermita, dado que el actual inmueble es una obra de principios del siglo XIX, citado por Madoz en 1845 “…contigua al cementerio y a la vereda de Osuna y distante de la villa a unos 200 pasos…”. La solicitud de la construcción de la primitiva ermita por parte de don Pedro Duarte, mayordomo de la cofradía de San Antonio, se debe a la razón piadosa existente de la cofradía del ‘Señor San Antonio’ como así refleja el auto sobre la licencia fechada a 16 de mayo de 1650, ante el escribano mayor del cabildo de Arahal, don Francisco Pacheco Balderrama.
Después de casi cuatrocientos años de existencia, la devoción del pueblo de Arahal al Santo Bendito de Padua, no sólo se ha mantenido sino que ha ido creciendo y hoy en día goza de intensa vida social y religiosa. El pueblo lo ha tomado como patrón y así es llamado por todos. Es una hermandad muy popular, muy arraigada en el pueblo y con un marcado sello personal. Antiguamente existía la tradición hasta hace poco, entre las jóvenes casaderas, de tirar piedrecitas a la imagen del Santo que se encuentra en la fachada principal, para que éste les encontrara pronto un buen novio.
La ermita es un templo de una sola nave con cinco tramos articulados con pilastras adosadas cajeadas y cubierta por bóvedas vaídas. El retablo original del siglo XVIII ha sido sustituido por uno moderno que contiene al actual titular imagen de San Antonio que data de 1937 obra del imaginero catalán afincado en Sevilla, Modesto Gené Roig, costeada por suscripción popular, después de haber desaparecido la anterior imagen en 1936. Desde entonces cada 13 de Junio la Hermandad de San Antonio de Padua realiza su anual desfile procesional por las calles de Arahal.
Lo más importante del conjunto es la propia arquitectura con una portada sencilla remarcada por pilastras, friso y gran óculo que recuerda las obras de Antonio Matías de Figueroa coronándose con una espadaña de triple vano. Viene a ser, una vez más fruto de la interpretación de un maestro local de los presupuestos barrocos pasados de moda, cuando ya se imponía en el lenguaje neoclásico. En su interior se conservan algunas imágenes y lienzos de marcado carácter popular que copian otros de reconocido prestigio como el lienzo de la Virgen de Belén. Además en su capilla existen las imágenes de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, Virgen del Carmen, Santa Ángela de la Cruz, Santísimo Cristo del Perdón y una imagen de Cristo Resucitado, talla en madera de cedro policromada bendecida en Mayo de 2007, obra del imaginero José Coronado Cabrera, de Morón (discípulo de Antonio Joaquín Dubé de Luque).
Entorno a la imagen titular de la ermita se celebra la "Velá de San Antonio", cuyo orígenes se remontan al año 1974, a través de la iniciativa de dos vecinas que quisieron engalanar la calle del mismo nombre y dedicar una Velá a San Antonio de Padua que desde tiempo inmemorial tiene devoción en Arahal. La primera vez se puso únicamente un cartel realizado con sacos y papeles de colores con un letrero en el que se podía leer “Viva San Antonio”. En el año 1975, ya las demás vecinas movidas por la iniciativa que habían realizado sus dos compañeras en el año 1974, decidieron recoger donativos para los adornos para ponerlos en la calle. Ese año incluso se reciclaron cartón y envases de plástico para hacer más adornos para la Velá.
Ya en el año 1976 se decoró toda la parte vieja de la calle San Antonio con banderitas y un año después las hicieron de tela. Poco a poco, con el paso de los años se fue convirtiendo en una fiesta con prestigio y se fueron añadiendo atracciones de feria, puestos de churros y una tómbola. Todo eso se instalaba donde hoy está la Plaza de los Donantes de Órganos o como es popularmente conocido como el Parque del Ruedo o el Apeadero de Autobuses. En 1975 la Velá de San Antonio abarcaba ya toda la calle. Las precursoras del engalanamiento de la parte nueva son Laura Lobato Fernández y Ana, La Marcela junto con la Pared de La Antigua Fábrica de la Lais. Laura se llevaba todo el año en su soberao haciendo flores de tela reciclada para luego ponerlas para la Velá. Fue la diseñadora de los primeros Arcos triunfales que se colocaron en la Velá de San Antonio. En la parte nueva se engalanó hasta el año 1985. En 1987 se dejó de engalanar la parte vieja hasta el año 2011 cuando se recuperó por iniciativa de Mª Elena López Frías. En 2013 un nieto de Laura Lobato Fernández, Juanma, se dedica a comprar los adornos en Sevilla para la recuperación de la Velá de San Antonio en la parte nueva.