Convento Ntra Sra del Rosario
La información que disponemos está basada antes de que el Convento de Nuestra Señora del Rosario, fuera clausurado a mediados de Mayo de 2014, único convento de clausura que existía en la localidad pertenecía a la orden de las Reverendas Madres Dominicas. Fundado en 1608 por Bartolomé Arias de Reina y su esposa Luisa de Ojeda sobre un solar y casas de su propiedad, dieron comienzo las obras de adaptación del convento en 1612 finalizando a mediados del Siglo XVII, siguiendo el estilo del convento femenino de la época. A finales del siglo XVII, concretamente en el año 1693, se construyó el retablo del altar mayor, realizado por el cordobés nacido en Montilla, Cristóbal de Guadix (1650-1709), con un coste de 34.000 reales de vellón. En el siglo XVIII se continuó la decoración del tempo con pinturas de la bóveda y el presbiterio.
El conjunto decorativo de pinturas murales y de lienzos es también excepcional, conservando el concepto abigarrado y multiforme de la decoración barroca de los conventos femeninos de clausura. En el año 1869, destronada la reina Isabel II, la junta local inicia el derribo del convento para construir en su solar un mercado de abastos. Afortunadamente se suspendió el derribo y las religiosas volvieron del Hospital de la Caridad y Misericordia donde se habían refugiado. En julio de 1936, también tuvieron nuevamente que abandonar el convento para refugiarse en casas particulares; el convento fue saqueado y quemadas numerosas obras de arte.
La portada principal se abre en la nave de la Epístola, compuesta por elementos clásicos rematada en una hornacina con una imagen de barro cocido de Nuestra Señora de la Blanca de las Nieves. Según cuentan al pasar por la calle, frente a la imagen, le decían: “por tu puerta estoy pasando, por tu puerta pasaré, si estuvieras más bajita te besaría los pies”. Destacan los contrafuertes semicirculares rematados por bolas y la torre está situada a los pies de la iglesia, es de ladrillo y está formada por dos cuerpos. Existen dos campanas del siglo XVIII, de bronce con las leyendas: “SANTA MARIA DEL ROSARIO. ORA PRO NOBIS. AÑO DE 1743” y “SNT. JOAN EBANGELISTA S.P. DOMINICUS. ORA PRO NOBIS. 1707”.
El Templo es de una sola nave rectangular con muros de ladrillo y mampostería, del siglo XVII. La nave está cubierta con bóveda de cañón con lunetos. Desde el compás se accede por una portada secundaria abierta en la nave del Evangelio. Posee puertas casetonadas del siglo XVIII. El Presbiterio del altar mayor es de estilo barroco, donde se encuentra la pila de agua bendita, del siglo XVII, realizada en mármol blanco y tiene forma de concha embutida en el muro de la iglesia. En la pilastra del arco triunfal hay una pintura mural con San Pedro (s. XVII). Varios óleos sobre lienzo (s. XVII) con marcos de escayola policromada con los siguientes temas: Santo Papa; Adoración de los Pastores; Aparición de la Virgen a Santo Domingo; Santo Franciscano con ángel músico. Retablo de San José de un cuerpo y una calle en madera dorada y pintada imitando mármoles. Imagen titular en la hornacina central (s. XIX) en madera y con telas encoladas.
El retablo mayor fue realizado en 1693 por el cordobés Cristóbal de Guadix en el transcurso de ese año, desde enero en que se firmó el contrato (el dia 26) hasta octubre, que era la fecha prevista de finalización. Costó 34.000 reales de vellón y podría fecharse en 1690, es de madera dorada y pintada; de dos cuerpos, tres calles y ático con escudo de la orden dominica del s. XIX. Tiene dos columnas salomónicas con vides, temas vegetales, cabezas de ángeles, escudo de la orden y de los fundadores. En la hornacina del cuerpo central se da culto a la titular, la imagen de Ntra. Sra. del Rosario de estimable valor escultórico. En el retablo están situadas las siguientes esculturas en madera policromada (fines s. XVII): Santa Rosa de Lima, San Francisco de Asís, Santa Teresa de Jesús, San Miguel, San Rafael y relieve de la Anunciación. Completan el retablo Santo Domingo, Santo Tomás de Aquino y Santa Catalina de Siena (imágenes realizadas después de 1936, réplicas de las que ya existieron con anterioridad). En el ático se observa una pintura de una Crucifixión. También hay una imagen del Cristo de la Misericordia, boceto en escayola del actual (1937). Destacan los atributos de plata (s. XVIII).
Existen pinturas murales de la 2ª mitad del s. XVII con marcos de escayola: San Gregorio, Adoración de los Magos y Escenas de la Vida de Santo Domingo. Retablo de Santo Domingo con una calle, un cuerpo y ático en madera pintada imitando mármoles. Se representa al sol en madera dorada, en él se encuentra un crucificado y Santo Domingo y un perro con antorcha en la boca. Ático: Pintura popular de San José con el Niño. Adosado al Presbiterio está la sacristía que está cubierta por sencillo artesonado. Pinturas murales con representación de la Batalla de Lepanto y una Escena de la Vida de Santo Domingo (fines s. XVII).
Está cubierto con cúpula sobre pechinas y decorado con pinturas murales (fines s. XVII). Dividida en ocho compartimentos, presentando flores, ángeles y cartelas con retratos. Aparecen: Santa Margarita, Santa Estefanía, Santa Susana, Santa Colomba, Santa Juana, Santa Lucía y Santa Inés. En las pechinas hay imágenes de la Virgen, de Santos y Santas dominicas. Las pinturas murales de la bóveda y el presbiterio son obras de Estanislao Caro en 1755. En el lado de la Epístola se encuentra el Retablo del Corazón de Jesús, de madera dorada y policromada, de tres calles, un cuerpo y ático, con escudo de Orden Dominica, de fines del s. XVII. Interesante mesa de altar con frontal de azulejos sevillanos del s. XX, imitando los de tradición renacentista. En el ático, relieve con Santo Domingo Soriano. Óleo de San Juan Bautista, del s. XVII. Crucificado, madera policromada pila de agua bendita de piedra roja de Cabra (Córdoba). Óleos sobre lienzo de Virgen del Pópulo y San Cristóbal (s. XVIII) Retablo de San Juan Evangelista Niño, en madera pintada y dorada. En la hornacina central protegida por un cristal, San Juan Bautista Niño, en madera policromada, tallado completo y articulado (fines s. XVII).
En la Nave dividida por una gran reja existe un coro alto delimitado por rejas de madera y un coro bajo que tiene rejas de hierro. En su interior hay un órgano (s. XVIII) que no se utiliza. Hay multitud de pinturas al óleo y piezas de orfebrería. En el testero del coro también hay diversos óleos. En el lado del Evangelio, encontramos un retablo en madera dorada y pintada, de un cuerpo y una calle, con escudo de la Orden Dominica (s. XIX). Pintura al óleo de la Sagrada Familia con Santa Catalina de Siena en éxtasis (s. XVIII). Retablo de San Martín de Porres, de madera dorada y policromada, con un cuerpo y una calle, decoración de estípites y escudo con Cruz de Malta (mediados s. XVIII). Lienzo con el nacimiento de San Juan Bautista (s. XVIII) y otra de San Juan Evangelista. Retablo de la Virgen de los Dolores (en la hornacina central mediados s. XVIII) de madera dorada y policromada con tres calles y dos cuerpos, decoración de rocalla (2ª mitad s. XVIII). En el remate, calvario de madera policromada (s. XVIII). Pintura de escuela sevillana, con escena mística (s. XVIII) Pintura con el Bautismo de Cristo de fines del s. XVII. El púlpito es de hierro forjado (s. XVII) y macolla central de madera con tornavoz hexagonal de madera dorada (s. XVIII).