El Bandolerismo Andaluz

El bandolerismo como fenómeno, no se puede reducir a una determinada época histórica, ni ubicarlo en ciertas zonas geográficas, muy al contrario y por norma general va ligado al comienzo de la humanidad y en particular a la opresión y al descontento social, si bien serán los siglos XVIII y XIX los que verán el bandolerismo en su más alto apogeo.

Se puede decir que las principales causas de la aparición del bandolerismo fueron el reparto de tierras tras la Reconquista, puesto que al terminar ésta, las tierras pasan a manos de nobles y la iglesia, quedando por tanto repartidas entre unos pocos y los campesinos desamparados y en una situación de precariedad. La segunda causa fue el despoblamiento existente en algunas zonas de Andalucía, ya que las poblaciones se concentraban solamente en algunos núcleos. Este aspecto permitió que algunas zonas desérticas fueran propicias para asaltar diligencias y viajeros.

Podemos destacar en este capítulo a dos personajes que formaron parte de este fenómeno y lo compartieron juntos hasta el resto de sus días, como fueron Francisco Ríos González, “El Pernales”, natural de Estepa (1879-1907) y Antonio Jiménez Rodríguez “El Niño de Arahal”, natural de nuestra localidad.

Ambos iniciaron una carrera delictiva que los llevó por los campos de Sevilla, Córdoba, Málaga y Jaén, hasta que un 31 de agosto de 1907, cercados por la Guardia Civil salen de Andalucía con deseo de marchar a Valencia para embarcar hacia América, pero a medio camino, en la Sierra de Alcaraz (Albacete) mientras comían a la sombra de un nogal son abatidos a tiros por la Guardia Civil. Una vez muertos los bandidos fueron llevados por los prácticos hasta Villaverde donde quedaron expuestos toda la tarde en la plaza a la curiosidad pública.

Al día siguiente día 1 de septiembre los cadáveres fueron trasladados en un carro a Alcaraz, donde fueron depositados en el antiguo convento de Santo Domingo. Allí se les practicó la autopsia y quedaron a la espera de que llegasen las personas que debían identificarles. Fue numeroso el público que acudió al lugar para ver los cadáveres de los bandidos que estaban expuestos encima de unas mesas. La autopsia practicada a los bandidos demostró que Pernales había recibido un disparo en cada ingle rompiéndole la arteria femoral y astillándole el fémur y que el Niño de Arahal había recibido un tiro en el corazón. La muerte de los bandidos se produjo, según esta autopsia entre las dos y las tres de la tarde del citado día 31.

Aparte de Antonio Jiménez Rodríguez existieron otros bandoleros naturales de Arahal, como Nicolás Martín y José Carrascoso Gamboa, alias el “Maruxo", autor del secuestro el 21 de Abril de 1870 de José María Arias de Reina, hijo de un gran hacendado arahalense, que fue liberado días más tardes por dicho bandolero. Meses más tarde, el 7 de Julio de 1870, el Maruxo secuestró a otro joven, hijo de Manuel Rubio, dueño de un cortijo en el término de Arahal, teniendo fatal destino del Maruxo, el 15 de Noviembre de ese mismo año de 1870, en que halló la muerte cerca de Pruna.

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